Creo que muy pocas veces reflexionamos acerca de nuestra propia identidad, una prueba de ello es que muchas veces al preguntarle a alguien acerca de sí mismo posiblemente se le dificulte poder dar una rápida respuesta.
Justamente creo que la identidad es algo complejo, compuesto de un montón de elementos, por así decirlo que van desde nuestro trabajo, amistades, pareja, religión hasta cosas superficiales como el modelo del auto que tengo o a que lugar voy a vacacionar.
No hablaré de los tecnicismos sobre cómo conformamos nuestra identidad, pero sí haré una pequeña reflexión sobre la importancia que tienen las elecciones que realizamos cotidianamente en la constitución de la misma.
En la vida siempre tenemos aspiraciones, metas, proyectos de los cuales hablé en mi publicación anterior, estos pueden ser construidos desde dos lugares diferentes en líneas generales.
Desde EL IDEAL, que lleva a una gran exigencia y a tener grandes chances de sentirnos continuamente frustrados, ya que cuando uno construye en función de un ideal lo hace en base a algo que posiblemente sea imposible de alcanzar.
Otra particularidad de este modo de transitar la vida es que generalmente optamos por ideales que son socialmente compartidos, un ejemplo, quiero un Mercedes Benz porque todos sabemos que es un auto costoso, prefiero usar determinada marca de ropa porque para la mayoría de la gente con la cual me relaciono, es un símbolo de status social.
Este tipo de elección acerca de mi identidad adquiere valor fundamentalmente por la mirada de los otros, lo cual la convierteen frágil y vulnerable. Su esencia endeble radica en dos cuestiones, que el valor de mi identidad, mi “si mismo” estará determinado por lo que consideren los otros y el hecho que se deriva de esto: sabemos lo difícil que es dejar a todos contentos jajaja.
Aún cuando no pensemos en cosas materiales y mi ideal sea ser como Gandhi o la Madre Teresa estaré usando la misma lógica.
La otra vía de construcción es para mi la mas legitima y noble en términos de fortaleza y de bienestar. Son las elecciones que voy realizando en función de LO POSIBLE, lo que me hace ESENCIALMENTE SENTIRME FELIZ. Justamente este tipo de construcción de la propia identidad no queda tan expuesta a la consideración de los demás sino a mi deseo, a lo que realmente puedo y quiero para mi mismo y para aquellos que amo. Es lo que perdura a lo largo del tiempo y lo que a la larga o a la corta me define ante los demás. Creo que una prueba simple de mi hipótesis es que cuando preguntamos acerca de cómo es alguien siempre responderemos mas por sus características de personalidad que por el modelo de auto que tiene.
Creo que es algo para reflexionar no?
Justamente creo que la identidad es algo complejo, compuesto de un montón de elementos, por así decirlo que van desde nuestro trabajo, amistades, pareja, religión hasta cosas superficiales como el modelo del auto que tengo o a que lugar voy a vacacionar.
No hablaré de los tecnicismos sobre cómo conformamos nuestra identidad, pero sí haré una pequeña reflexión sobre la importancia que tienen las elecciones que realizamos cotidianamente en la constitución de la misma.
En la vida siempre tenemos aspiraciones, metas, proyectos de los cuales hablé en mi publicación anterior, estos pueden ser construidos desde dos lugares diferentes en líneas generales.
Desde EL IDEAL, que lleva a una gran exigencia y a tener grandes chances de sentirnos continuamente frustrados, ya que cuando uno construye en función de un ideal lo hace en base a algo que posiblemente sea imposible de alcanzar.
Otra particularidad de este modo de transitar la vida es que generalmente optamos por ideales que son socialmente compartidos, un ejemplo, quiero un Mercedes Benz porque todos sabemos que es un auto costoso, prefiero usar determinada marca de ropa porque para la mayoría de la gente con la cual me relaciono, es un símbolo de status social.
Este tipo de elección acerca de mi identidad adquiere valor fundamentalmente por la mirada de los otros, lo cual la convierteen frágil y vulnerable. Su esencia endeble radica en dos cuestiones, que el valor de mi identidad, mi “si mismo” estará determinado por lo que consideren los otros y el hecho que se deriva de esto: sabemos lo difícil que es dejar a todos contentos jajaja.
Aún cuando no pensemos en cosas materiales y mi ideal sea ser como Gandhi o la Madre Teresa estaré usando la misma lógica.
La otra vía de construcción es para mi la mas legitima y noble en términos de fortaleza y de bienestar. Son las elecciones que voy realizando en función de LO POSIBLE, lo que me hace ESENCIALMENTE SENTIRME FELIZ. Justamente este tipo de construcción de la propia identidad no queda tan expuesta a la consideración de los demás sino a mi deseo, a lo que realmente puedo y quiero para mi mismo y para aquellos que amo. Es lo que perdura a lo largo del tiempo y lo que a la larga o a la corta me define ante los demás. Creo que una prueba simple de mi hipótesis es que cuando preguntamos acerca de cómo es alguien siempre responderemos mas por sus características de personalidad que por el modelo de auto que tiene.
Creo que es algo para reflexionar no?
Que tema...bastante filosófico... me despierta varias cuestiones...¿quién soy? o ¿quién quiero ser? o ¿cómo muestro lo que soy? o ¿soy realmente yo siempre?
ResponderEliminaro ¿puede realmente el otro percibir quien soy? y...¿la identidad se construye o es "descubrible" como la esencia más profunda de uno? ¿se puede llamar identidad o son características de personalidad lo que mostramos al mundo?
Bueno, creo que mi identidad se construye y se descubre cada día a partir "del ideal y de lo posible":
El ideal como faro,
como luz que me guía,
no para ser alcanzado,
si para ir hacia una dirección,
y lo posible
que son los pasos,
es el día a día,
es reconocerme
en mis limitaciones
y mis posibilidades
es aprender y crecer
y cambiar,
es vivir y morir
cada día un poco
encontrándome con mí esencia
pudiendo ser cada vez más genuino
en mi actuar, sentir y pensar.
Hoy estoy con Galeano, pero me vino justo a la mente y lo comparto totalmente:
VENTANA SOBRE LA UTOPIA
Ella está en el horizonte,
-dice Fernando Birri-
Me acerco dos pasos,
ella se aleja dos pasos.
Camino diez pasos
y el horizonte
queda diez pasos más allá.
Por mucho que yo camine,
nunca la alcanzaré.
¿Para qué sirve la utopía?
Para eso sirve: para caminar.
Eduardo Galeano
Beso grande y alegre!!!