Si bien este es un tema difícil, ya que se trata de una decisión muy personal, tratare de poner algunos parámetros desde mi experiencia como profesional y paciente. Cómo ustedes bien saben, la mayoría de los psicólogos, también tenemos la obligación de tratar nuestros propios temas con otro terapeuta.
Empezaría por decir que un buen momento para comenzar es cuando la insistencia de la problemática que a uno lo aqueja lleva más de un año.
Cuando el sujeto ya ha intentado soluciones no solo por sí mismo sino que también con ayuda de otros y estas han fracasado.
Cuando aparecen síntomas físicos y el cuerpo nos avisa que algo en nosotros no anda bien, como por ejemplo trastornos gástricos, migrañas, alergias, dolores de espalda, cansancio crónico, taquicardia, sudoración en frío, decaimiento y bajo rendimiento en las actividades cotidianas y relaciones, trastornos de la alimentación, etc,
Quiero aclarar que estas sintomatologías no son por sí mismas originadas por un trastorno psíquico pero es muy común encontrarlas asociados a este.
Cuando en lo emocional se manifiesta la tristeza, estados depresivos, ambivalencia, reacciones agresivas sin motivo que la justifiquen, falta de motivación o deseo, intolerancia, irritabilidad, angustia, sensación de impotencia frente a las dificultades, ansiedad, etc.
Cuando en lo social, nuestras relaciones se vuelven inestables, hay un repliegue y una falta de interés hacia las mismas, sensación de no sentirse cómodo en ningún ámbito.
También frente a circunstancias difíciles de la vida como por ejemplo la muerte o enfermedad de un ser querido, la interrupción de un vinculo afectivo, entre otras.
El pedir ayuda profesional es acudir a otro que me ayude a encontrar las herramientas para: reconocer, enfrentar y posteriormente solucionar los problemas.
Hago esta aclaración porque más de una vez llega gente a terapia sin reconocer cabalmente que tiene un problema, si no que buscan que el psicólogo les diga cual es su problema y la solución de este.
Es importante al momento de pedir ayuda algunas cuestiones de las cuales profundizaré en otro artículo. No hay terapia que funcione, si la persona no se siente convencida de que lo que esta haciendo le ayudará. En pocas sesiones no se puede cambiar lo que se trae hace muchos años, la terapia es un proceso y como tal requiere de tiempo, mucho compromiso y dedicación.
Empezaría por decir que un buen momento para comenzar es cuando la insistencia de la problemática que a uno lo aqueja lleva más de un año.
Cuando el sujeto ya ha intentado soluciones no solo por sí mismo sino que también con ayuda de otros y estas han fracasado.
Cuando aparecen síntomas físicos y el cuerpo nos avisa que algo en nosotros no anda bien, como por ejemplo trastornos gástricos, migrañas, alergias, dolores de espalda, cansancio crónico, taquicardia, sudoración en frío, decaimiento y bajo rendimiento en las actividades cotidianas y relaciones, trastornos de la alimentación, etc,
Quiero aclarar que estas sintomatologías no son por sí mismas originadas por un trastorno psíquico pero es muy común encontrarlas asociados a este.
Cuando en lo emocional se manifiesta la tristeza, estados depresivos, ambivalencia, reacciones agresivas sin motivo que la justifiquen, falta de motivación o deseo, intolerancia, irritabilidad, angustia, sensación de impotencia frente a las dificultades, ansiedad, etc.
Cuando en lo social, nuestras relaciones se vuelven inestables, hay un repliegue y una falta de interés hacia las mismas, sensación de no sentirse cómodo en ningún ámbito.
También frente a circunstancias difíciles de la vida como por ejemplo la muerte o enfermedad de un ser querido, la interrupción de un vinculo afectivo, entre otras.
El pedir ayuda profesional es acudir a otro que me ayude a encontrar las herramientas para: reconocer, enfrentar y posteriormente solucionar los problemas.
Hago esta aclaración porque más de una vez llega gente a terapia sin reconocer cabalmente que tiene un problema, si no que buscan que el psicólogo les diga cual es su problema y la solución de este.
Es importante al momento de pedir ayuda algunas cuestiones de las cuales profundizaré en otro artículo. No hay terapia que funcione, si la persona no se siente convencida de que lo que esta haciendo le ayudará. En pocas sesiones no se puede cambiar lo que se trae hace muchos años, la terapia es un proceso y como tal requiere de tiempo, mucho compromiso y dedicación.
Un gran artículo, espero que escribas más sobre este mismo tema. Estoy especializada en el mismo campo.
ResponderEliminarJacqueline Cabrera
www.psicologolaspalmas.org
Al principio cuando decidí comenzar terapia esperaba como bien dices, que el especialista me diga qué es lo que me sucede, espero llegar yo misma a encontrar el punto de mi depresión. Excelente blog.
ResponderEliminarGracias Mariana por tu participación, saludos.
EliminarCentro Psicológico San Miguel