Unas de las tantas cosas que hacemos los seres humanos es dar vida y sostener aquello que muchas veces nos daña.
Con bastante frecuencia me encuentro en la consulta psicológica con individuos que padecen de un determinado problema, se quejan; les causa sufrimiento y tristeza, pero al mismo tiempo les es bastante dificultoso salir de la situación en cuestión.
En general el hombre padece de una cierta “miopía” respecto a sus propios problemas y también en relación a aquellos que no le son propios pero que le afectan. Comúnmente resulta más fácil, señalar al otro como aquel que no puede cambiar, o responsabilizar al azar o a la vida de dicha situación.
Cada vivencia que uno tiene, sea buena o mala, es tambien producto de lo que uno construye, los lugares que elije ocupar y sostener.
Un ejemplo bastante típico, son las relaciones familiares o afectivas, cuando no laborales, de carácter disfuncional, en el cual aparece un hostigador que castiga y hostigado que padece. Sea cual fuere el lugar que la persona ocupa, cabe la reflexión y la pregunta, ¿qué le pasa a uno que se ve envuelto en esto?
Para que se de una determinada relación, sea con uno,o con otra persona , siempre existe un convenio (muchas veces no explicito o consciente), reglas que se siguen al pie de la letra, para que el juego pueda existir. Un ejemplo simple sería que para que haya un juego de tenis, tiene que haber al menos dos que estén de acuerdo en devolver la pelota.
Aún cuando el problema sea consigo mismo, siempre se esta ocupando un lugar “imaginario", por así decirlo, respecto a un otro. Aquí la pareja del juego no será una persona real, sino aquellas que tenemos adentro.
En síntesis lo que quiero expresar, es que por un lado siempre existe un problema en la medida que la persona lo alimente de una forma u otra. Por ultimo, creo, que uno de los caminos posibles para solucionarlos es enfrentarlos. Preguntarse así mismo, que es lo que uno hace para que una situación determinada perdure.
Siempre hay un camino para estar mejor, ¿se tratara de buscarlo al menos una vez?
Con bastante frecuencia me encuentro en la consulta psicológica con individuos que padecen de un determinado problema, se quejan; les causa sufrimiento y tristeza, pero al mismo tiempo les es bastante dificultoso salir de la situación en cuestión.
En general el hombre padece de una cierta “miopía” respecto a sus propios problemas y también en relación a aquellos que no le son propios pero que le afectan. Comúnmente resulta más fácil, señalar al otro como aquel que no puede cambiar, o responsabilizar al azar o a la vida de dicha situación.
Cada vivencia que uno tiene, sea buena o mala, es tambien producto de lo que uno construye, los lugares que elije ocupar y sostener.
Un ejemplo bastante típico, son las relaciones familiares o afectivas, cuando no laborales, de carácter disfuncional, en el cual aparece un hostigador que castiga y hostigado que padece. Sea cual fuere el lugar que la persona ocupa, cabe la reflexión y la pregunta, ¿qué le pasa a uno que se ve envuelto en esto?
Para que se de una determinada relación, sea con uno,o con otra persona , siempre existe un convenio (muchas veces no explicito o consciente), reglas que se siguen al pie de la letra, para que el juego pueda existir. Un ejemplo simple sería que para que haya un juego de tenis, tiene que haber al menos dos que estén de acuerdo en devolver la pelota.
Aún cuando el problema sea consigo mismo, siempre se esta ocupando un lugar “imaginario", por así decirlo, respecto a un otro. Aquí la pareja del juego no será una persona real, sino aquellas que tenemos adentro.
En síntesis lo que quiero expresar, es que por un lado siempre existe un problema en la medida que la persona lo alimente de una forma u otra. Por ultimo, creo, que uno de los caminos posibles para solucionarlos es enfrentarlos. Preguntarse así mismo, que es lo que uno hace para que una situación determinada perdure.
Siempre hay un camino para estar mejor, ¿se tratara de buscarlo al menos una vez?
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarSi, coincido totalmente con tus reflexiones Facu!! y pienso que en definitiva cada momento de la Vida y de las relaciones con uno mismo y con los otros dependen de decisiones, de tener el coraje de elegir transformarse, creciendo en la autoconciencia y autopercepción y en el encuentro con el otro y el afuera, intentando superar estos roles fijos y mecanismos adictivos para poder ir al encuentro de nuestro devenir mas libres, reales y vivos....
ResponderEliminarGracias por continuar impulsandonos a la reflexión!! Besos