Es común
escuchar en entrevistas con los padres lo dificultoso que les resulta
establecer límites a sus hijos. Generalmente es solo uno de los dos el que logra hacerlo, ubicándose, según ellos
mismos, en el lugar del “malo”. Psicopedagoga en san miguel buenos aires
¿Pero cuál
es la importancia de establecer límites en la educación de los niños?
La misma
radica en que el niño se va construyendo como futuro adolescente y adulto; que
por ser un ser social, debe tener
internalizadas ciertas normas de convivencia comunes; y resultaría dificultoso, que lo logre siendo
intolerante a los límites. psicologa en san miguel, psicologas en san miguel
Para que la
educación sea saludable y armoniosa debemos transmitir normas que dejen en
claro lo que se debe hacer y lo que no. Recordemos que toda ley o norma no solo
prohíbe, sino que también habilita. Y es
tarea de los adultos determinar y transmitir esto. Según Vigostki, las
normas no hay que establecerlas desde una pedagogía directiva y autoritaria,
resulta importante dar las razones de porque si y porque no, lo cual no implica
negociar con el niño. El límite no se negocia, solo se explica. Psicologos en san miguel
Muchas veces
el hecho de establecer un límite suele generar cierta frustración en el niño,
la cual puede estar acompañada de
berrinches o respuestas agresivas, es por eso que los padres muchas veces
prefieren evitarlo.
Sin embargo, la frustración es sumamente
necesaria para el crecimiento y desarrollo sano de nuestros hijos. Privarlo de ella es tan perjudicial como
privarlo del amor familiar. En la vida hay muchos momentos de frustración y
debemos preparar a los niños para ello.
La puesta de
límites debe comenzar en la familia y
debe ser compartida luego con las
instituciones educativas. Esto hace que el niño comprenda que el proceso de
aprendizaje se desarrolla en el marco de las relaciones interpersonales,
provocando una convivencia armoniosa junto a los otros.
La
aceptación de un límite supone entonces, tolerar la frustración: postergar el
deseo o desplazarlo, para buscar una satisfacción socialmente aceptada o
permitida.
Lo cierto es
que los límites claros, son necesarios
para que el niño crezca afectivamente sano y cuidado. Un niño sin límites se
siente desprotegido.
Lic. Romina Mazzei.
Psicopedagoga, Centro Piscológico San Miguel
Reg. 1485.
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